carcelg.jpgQuiero inaugurar un nuevo tema al cual he estado dándole muchas vueltas.
Para llegar a el, he ido sumando miradas desde que participé el 2001 en el Diplomado en Desarrollo Local de la Fundación Impulsa, luego el ACP, la pasada por la Municipalidad de Valparaíso y finalmente el Magister en Proyectos Urbanos.
Esta espacio declarativo lo he llamado el Coaching Urbano, y cobra pleno sentido en las dinámicas, mapas y formas de entender el Coaching, sobretodo al reconocer que el territorio, es un espacio que condiciona nuestras posibilidades de Ser... Así, el habitante de una ciudad va adquiriendo una corporalidad para habitar dicho espacio... Por ejemplo, en Valparaíso no es menor que cuando bajas por algunas (muchas) calles debes (como compromiso tácito social, que muy rara vez respetan los turistas, en especial los santaguinos) esperar que termine de subir el que viene en esa dirección. No es menor tampoco tener 3, 4 y 5 casas con un medidor de agua, o que tu piso sea el techo de otra casa y de otra y de otra, de las subdivididas y reacondicionadas hasta lo inexplicable... Entonces ahí, definitivamente, surgen posibilidades que otro espacio no da.
No por nada el nombramiento de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad es en la categoría de "paisaje cultural", la que contempla la interacción del ser humano con su medio ambiente... en este caso una interacción condicionada, por la urbe y la morfología que la contiene. ¿Cómo no va a ser ontológica la posibilidad de SER que nos da el territorio en que andamos o vivimos?.
marchavalpo.jpg
!Somos en un lugar¡¡. Ese es la base del Coaching Urbano. Y esa base me permite incorporar a nuestro mapa de cuerpo-emoción-lenguaje una dimensión territorial, la que en la interacción (o en el observador colectivo) pasaría a ser el cuerpo de dicha interacción.
Así podemos reconocer que el estado de ánimo de Buenos aires (o de su habitante), es totalmente distinto al de Valparaíso, Santiago u otra ciudad.
Esto me abre la posibilidad de, desde el urbanismo, generar el espacio de intervención (interacción) con el territorio, para generar nuevas posibilidades de ser, es decir, se puede romper la coherencia de la ciudad con intervenciones particulares (esto me suena mucho a Lerner y su acupuntura urbana).
plaza anibal pinto.JPGBienvenidas las miradas sobre este tema. Creo que lo podemos convertir en una linda mirada sobre el territorio, el habitante y sus interacciones.

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Pablo Reyes: Coaching Urbano

lunes, enero 21, 2008

Coaching Urbano

carcelg.jpgQuiero inaugurar un nuevo tema al cual he estado dándole muchas vueltas.
Para llegar a el, he ido sumando miradas desde que participé el 2001 en el Diplomado en Desarrollo Local de la Fundación Impulsa, luego el ACP, la pasada por la Municipalidad de Valparaíso y finalmente el Magister en Proyectos Urbanos.
Esta espacio declarativo lo he llamado el Coaching Urbano, y cobra pleno sentido en las dinámicas, mapas y formas de entender el Coaching, sobretodo al reconocer que el territorio, es un espacio que condiciona nuestras posibilidades de Ser... Así, el habitante de una ciudad va adquiriendo una corporalidad para habitar dicho espacio... Por ejemplo, en Valparaíso no es menor que cuando bajas por algunas (muchas) calles debes (como compromiso tácito social, que muy rara vez respetan los turistas, en especial los santaguinos) esperar que termine de subir el que viene en esa dirección. No es menor tampoco tener 3, 4 y 5 casas con un medidor de agua, o que tu piso sea el techo de otra casa y de otra y de otra, de las subdivididas y reacondicionadas hasta lo inexplicable... Entonces ahí, definitivamente, surgen posibilidades que otro espacio no da.
No por nada el nombramiento de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad es en la categoría de "paisaje cultural", la que contempla la interacción del ser humano con su medio ambiente... en este caso una interacción condicionada, por la urbe y la morfología que la contiene. ¿Cómo no va a ser ontológica la posibilidad de SER que nos da el territorio en que andamos o vivimos?.
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!Somos en un lugar¡¡. Ese es la base del Coaching Urbano. Y esa base me permite incorporar a nuestro mapa de cuerpo-emoción-lenguaje una dimensión territorial, la que en la interacción (o en el observador colectivo) pasaría a ser el cuerpo de dicha interacción.
Así podemos reconocer que el estado de ánimo de Buenos aires (o de su habitante), es totalmente distinto al de Valparaíso, Santiago u otra ciudad.
Esto me abre la posibilidad de, desde el urbanismo, generar el espacio de intervención (interacción) con el territorio, para generar nuevas posibilidades de ser, es decir, se puede romper la coherencia de la ciudad con intervenciones particulares (esto me suena mucho a Lerner y su acupuntura urbana).
plaza anibal pinto.JPGBienvenidas las miradas sobre este tema. Creo que lo podemos convertir en una linda mirada sobre el territorio, el habitante y sus interacciones.

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