MI BUENOS AIRES QUERIDO
Acabo de volver de Buenos Aires, de cabeza a mi último taller regional del ACP. Anduve por esas tierras, en calidad de Director de Turismo de Valparaíso, para asistir a la FIT (Feria internacional de Turismo).
Siempre es un agrado volver a Buenos Aires (pese a su calor y humedad), tanto por su ciudad, como por sus habitantes, habitantes ciudadanos que ocupan su ciudad de una manera que me fascina. Esa apropiación de la ciudad, ese usar permanente de sus parques y plazas (y vaya que plazas...), esa cultura del cafe, del conversar, del encontrarse, las librerías de Corrientes abiertas en la semana hasta la 1 de la madrugada, la conversación de los taxistas, el diseño por todos lados, etc, etc.
Ahí estuve con varios empresarios de la zona, recorriendo algunos restaurantes y cafés de la ciudad, y conversando, conversando mucho de lo que tiene y le falta a Valparaíso, desde su mirada privada, desde mi mirada como consultor y ahora como director de turismo de la ciudad, pero sobretodo desde una mirada humana que ama el territorio donde habita.
Siento que hay varias cosas que se puedne empezar a hacer por la ciudad. Así como decía en un post anterior creo que están pasando muchas cosas en la ciudad, que le van a cambiar la cara y el cuerpo, sin embargo siento que algo falta, y ese algo tiene que ver con el habitante, con el que usa y constituye la ciudad, y es amor por Valparaíso. Entender a Valparaíso (...patrimonio de la humanidad...) como un real activo nuestro, de los que habitamos la ciudad. Si, patrimonio de la humanidad, pero antes patrimonio de los porteños, y para eso también hay que habitar de otra forma, buscar la forma que a Valparaíso le gusta que la habiten.
De la FIT hablaré en otra oportunidad (si es que lo hago) y agradezco a Buenos Aires por estar y seguir siendo lo que es. Tenemos mucho que aprender.
Siempre es un agrado volver a Buenos Aires (pese a su calor y humedad), tanto por su ciudad, como por sus habitantes, habitantes ciudadanos que ocupan su ciudad de una manera que me fascina. Esa apropiación de la ciudad, ese usar permanente de sus parques y plazas (y vaya que plazas...), esa cultura del cafe, del conversar, del encontrarse, las librerías de Corrientes abiertas en la semana hasta la 1 de la madrugada, la conversación de los taxistas, el diseño por todos lados, etc, etc.
Ahí estuve con varios empresarios de la zona, recorriendo algunos restaurantes y cafés de la ciudad, y conversando, conversando mucho de lo que tiene y le falta a Valparaíso, desde su mirada privada, desde mi mirada como consultor y ahora como director de turismo de la ciudad, pero sobretodo desde una mirada humana que ama el territorio donde habita.
Siento que hay varias cosas que se puedne empezar a hacer por la ciudad. Así como decía en un post anterior creo que están pasando muchas cosas en la ciudad, que le van a cambiar la cara y el cuerpo, sin embargo siento que algo falta, y ese algo tiene que ver con el habitante, con el que usa y constituye la ciudad, y es amor por Valparaíso. Entender a Valparaíso (...patrimonio de la humanidad...) como un real activo nuestro, de los que habitamos la ciudad. Si, patrimonio de la humanidad, pero antes patrimonio de los porteños, y para eso también hay que habitar de otra forma, buscar la forma que a Valparaíso le gusta que la habiten.
De la FIT hablaré en otra oportunidad (si es que lo hago) y agradezco a Buenos Aires por estar y seguir siendo lo que es. Tenemos mucho que aprender.